El corazón es un gigante interno que no se
resiste a las batallas de la vida, sino que continua luchando siempre y a pesar
de todo, para alcanzar la libertad que solo puede conseguir a través del amor y
de una vida plena. Muestra de ello, es la perseverancia con que aunque en
muchas ocasiones caemos, decidimos romper con la inercia paralizante de la
pena, recuperar nuestras fuerzas internas y levantarnos con un nuevo propósito,
por lo general diferente y visto desde el punto de vista nuevo que nos hemos forjado.
Hoy hago eso, retomo la valentía de hacer cosas
que me gustan y que por razones de "tiempo", cual si fuera
justificación, no he logrado hacer en este espacio creado para seguir adelante,
para inspirar, para soñar, para potencializar vivencias que ocurren y
construyen el presente.
No es fácil romper la incesante tormenta interna
que nos corroe y no dejarse seducir por el pasado que siempre toca la puerta,
entre arrepentimientos, culpas, añoranzas y melancolía.
No es fácil tampoco esquivar las olas que nos
arrastran a un futuro, entre dudas, miedos, incertidumbres y esperanza. Nada de
esto es fácil, porque siempre se está recordando o esperando algo.
Aun así, es buenísimo saber que podemos empezar
de nuevo y existen valiosas oportunidades para retomar el presente, con
propósitos y metas claras.
En tal sentido, se puede considerar que el
propósito, es aquello que nos mueve el objetivo o la base del estado que se
desea alcanzar cuando te planteas un logro. Es la transformación interna que
deseas que ocurra cuando planeas algo.
La meta en cambio, es el logro o lo que se desea obtener, en sí mismo. Ejemplo:
Mi meta es graduarme, mi propósito es convertirme en un profesional con
conocimientos y experiencias y sentirme realizado mediante el servicio que ofrezco
en dicha profesión.
De acuerdo a esta manera de visualizar estos
aspectos, el propósito, es lo profundo que subyace a la materialización de un
deseo o meta, es la manera de plenitud que trasciende lograr el mismo.
Iniciar un 2013 con firmes propósitos interiores,
será sin duda una experiencia renovadora e interesante que conduzca a mantener
la mente fija en el presente, y avanzar, resistiéndose a la tentación de
retroceder al pasado para ser guiado desde la melancolía o de adelantarse hacia
el futuro en este caminar y ser conducido por el miedo. No se trata de librar
una batalla de pensamientos contra todo lo que nos evoque el pasado o el futuro,
sino de recibirlos sin combate y dejarlos simplemente ir con el amor y
comprensión que nos concede la sabiduría.
Con estas líneas empezamos, con pasos agigantados
a llenar de semillas para cultivar las flores y frutos de nuestro jardín… En
cada temporada se hará necesario un paso diferente, pero por hoy sólo será
importante hacer aquello que sea propicio y nada más, pues cada día tendrá su
propio afán y su propia bendición.
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