miércoles, 26 de mayo de 2010

EN EL MALECON DE MIS RECUERDOS



Ayer pase por el malecón de mis recuerdos,

Bello paisaje con vista incandescente,

En que deguste de tu presencia,

Como una memoria viviente



Allí en el malecón de mis recuerdos,

Encontré un cofre de sonrisas, de alegría y de esperanza,

Mescolanzas de sentimientos,

Subterfugio de ilusiones ya pérdidas

Que de repente pudieron ser encontradas



Corto, mi camino por el malecón,

Más profundo que el mar que divisaba,

Menos largo que lo que el olvido puede ser,

Más intenso que las gotas que no corrieron

En la desbandada y en lo que no pudo ser



En el malecón de mis recuerdos te encontré a ti,

Encontré tu ternura sutil y casi fraterna,

Encontré el antídoto, remedio al corazón y su lastre,

Tratamiento a la enfermedad de la indecisión,

Y desvelamiento del poder de la voluntad.



En el malecón del recuerdo,

Quedaron grabadas las promesas divinas,

Se reveló la magia de la vida aventurera,

Descanso el alma del hastío en el cual pernoctaba con o sin razón



En el malecón del recuerdo,

Has permanecido tú y he quedado yo,

Continúan las voces, los episodios,

Que aun perduran en mis pupilas como un colirio

lunes, 10 de mayo de 2010

SUBTERFUGIOS DEL TIEMPO


Viajar a través del tiempo,
de regreso al pasado,
que en el alma ha dejado su efecto,
viviendo quizás o subsistiendo tal vez,
con mirada sublime, sonriente o también triste,
recordando lo que fue y jamás ha vuelto a ser.

Caminar en el presente,
en la compañia de  furtivos deseos inalcanzables,
con una mezcolanza de sentimientos,
con el temor  de la vida en el oprobio,
con la duda de la vida sin sentido,
con la esperanza de estar en el sendero,
con la mirada pérdida, a veces encontrada.

Soñar con el futuro,
 mirar con ilusión lo desconocido,
vivir con aprensión lo que no ha sucedido,
calcular lo incalculable, fiarse de elementos inciertos,
caminar en medio de la incertidumbre,
vislumbrando luces en el tunel.

Los términos categóricos jamás, nunca, siempre,
juegan el papel más importante,
el pasado y el futuro, callan el hoy
y lo reducen a un simple resultado o punto de partida,
convirtiendose en subterfugios del tiempo,
que impiden vivir con energia renovada el presente,
que menguan la conciencia de las limitaciones humanas y
cortan  las alas a los anhelos de libertad.

Subterfugios del tiempo, que limitan la felicidad,
excusas tontas pero bien fundamentadas,
ignorar la rosa por observar los espinos,
convertir la inseguridad en desdicha
ante la posibilidad de ser afortunados, 
transformar  la realidad en problema,
por la incapacidad  de comprender y aceptar
aquello que no podemos cambiar.

Subterfugios del tiempo,
usados a favor de quien los carga consigo,
a veces valederos para justificar la imperfección,
a veces solo medios, a veces fines,
concientes o inconcientes de ellos,
con ellos manejamos y nos dejamos manejar.