Ayer pase por el malecón de mis recuerdos,
Bello paisaje con vista incandescente,
En que deguste de tu presencia,
Como una memoria viviente
Allí en el malecón de mis recuerdos,
Encontré un cofre de sonrisas, de alegría y de esperanza,
Mescolanzas de sentimientos,
Subterfugio de ilusiones ya pérdidas
Que de repente pudieron ser encontradas
Corto, mi camino por el malecón,
Más profundo que el mar que divisaba,
Menos largo que lo que el olvido puede ser,
Más intenso que las gotas que no corrieron
En la desbandada y en lo que no pudo ser
En el malecón de mis recuerdos te encontré a ti,
Encontré tu ternura sutil y casi fraterna,
Encontré el antídoto, remedio al corazón y su lastre,
Tratamiento a la enfermedad de la indecisión,
Y desvelamiento del poder de la voluntad.
En el malecón del recuerdo,
Quedaron grabadas las promesas divinas,
Se reveló la magia de la vida aventurera,
Descanso el alma del hastío en el cual pernoctaba con o sin razón
En el malecón del recuerdo,
Has permanecido tú y he quedado yo,
Continúan las voces, los episodios,
Que aun perduran en mis pupilas como un colirio
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