No soy aquello que muchas veces perciben tus ojos, Sino aquello que es necesario ver con y desde el corazón.
No soy ternura simplemente, sino destello de fuerza apasionada, Cuyo ímpetu apaga las luces y enciende una fogata, Que calienta las frías almas con su llama.
No soy el agua calmada que quita la sed, Pero si aquella caudalosa rivera que refresca el cuerpo cuando hace calor y quema el sol.
No soy siempre alegría, no soy siempre paz, Sino que a veces soy un grito de guerra inconsciente, Desatado por las nimiedades innocuas de una pequeña hija del cielo.
No soy la brisa suave que sopla y acaricia el pelo,Pero si el viento que da fuerzas a las velas que empujan el barco.
No soy lo ideal ni lo perfecto,No soy muchas cosas, pero puedo ser otras tantas, Como lo es un destello en el firmamento para los ojos que lo miran con amor.
No soy el oro que brilla, ni la piedra preciosa de valor altamente conocido, Pero si el barro moldeado por el alfarero, Las piedras que sólo un alquimista es capaz de transformar.
Soy un retrato de lo que no soy dos veces al revés, Una isla, un desierto, un vaivén, un depende, un quizás, un después…
Sencillamente excelente
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