En la oscuridad de la tormenta asoma presuroso un atisbo del sol que da paso a la luminosa presencia del arcoíris, trayendo la certeza de que a pesar de que estás viviendo un día gris, todo pasará y se convertirá en un hermoso reflejo de mullidos colores, que nos recuerdan que la vida es más que la situación presente en tu presente. Mirar su reflejo, como en los tiempos antiguos, recuerda como el Dios de la vida, esparce una vez más su promesa, de cara a los que con amor esperan en él, tal como lo hizo para firmar el pacto con Noé y establecer que la tierra no volvería a ser destruida por un diluvio.
Arcoíris,
Ocurre cuando la luz del Creador se descompone y fracciona
Para darnos vida y alegría a través del color
Para dar bendición a quienes con amor le reciben,
Para dar esperanza a quien con fe confía,
Para dar paz, a quien
iluminado por su presencia,
Le contempla en silencio y en espera jubilosa
Del cambio y del cumplimiento de una promesa.
Arcoíris,
Inyéctame el dinamismo de tu versátil capacidad para
Reflejar distintos
matices,
Regálame la paciencia para esperar que la luz verdadera
Se proyecte sobre las aguas de mi presencia,
y dejen ver debidamente transformado el corazón atribulado,
Llenándolo de esperanza y de riqueza,
De dones para repartir y para regalar.
Arcoíris,
Mantente presente como el recuerdo de que todo pasará,
De que los días, horas y minutos no son más que parte
de este espacio regalado al que llamamos vida,
de que el diluvio es limpieza para el alma y el espíritu,
y que el sol es la esperanza infinita que siempre renace,
Aun cuando todo parezca muy oscuro entre las nubes.
Arcoíris,
Deléitame siempre con
tu inesperada llegada,
Que pueda encontrarte y nunca pasar por desapercibido,
Tu deslumbrante belleza,
Que nunca el amor y la ternura que me evocas,
Deje de erizar mi piel y crear en mí el deseo de ser feliz y
de ser mejor.
Amo los arcoíris!!!
HMAC
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