Hoy le hago una oda a tu silencio,
Entendiendo que se quiere
más, cuando acepto que hagas lo que has elegido,
Mientras tanto, dejo que mis pensamientos te abracen, de
forma lejana y furtiva,
Comprendiendo que a veces hay que poner la voluntad sobre los deseos.
Beatifico los momentos vividos, colmándolos de deseo de
bienestar para ti,
Reverencio, las veces
que con palabras y hechos tocaste mi
corazón,
Llenándome de
gratitud por que tú no presencia,
me da oportunidad de
valorarte, aun te hayas ido.
Hoy hago un homenaje a tu
distancia,
conservando la mía en respeto a tu derecho,
elevando una plegaria
al tiempo, que es su cómplice,
Para que recorra su camino y calme la ansiedad que me lleva al desvelo,
Me inclino ante tu
libertad de no elegirme en tu camino,
Y asumo tu adiós, como un ave lo hace con la lluvia,
Resguardándose tranquilamente en su guarida,
Hasta que pueda nuevamente perseguir el sol
Hago homenaje a la sabiduría y misericordia divina,
Que me hace vivir por encima de la comprensión de este
momento,
Orquestando un plan que se encuentra por encima de mi
capacidad,
Ordenando una trama, que no ignora el propósito de tu
callada forma de huir de mi vida
Elevo un canto a tu silencio, que hoy es gris pero mañana será
verde,
Que hoy se tiñe de desconcierto, pero luego será melodía,
Una pieza que encaja, una historia que eleve,
Una sinfonía clara,
llena de acordes inspirados desde el corazón
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