Renuncio a la cobardía, al miedo que marca y aprisiona, a la pasión que daña, al hostigamiento y la indiferencia ante las maravillas de la vida.
Renuncio a la prisa y el desordenado esquema mental que me coloca en el último escalón y no en el primero.
Renuncio a la pereza de no luchar por lo que se ama, a la soledad que no se disfruta, a la queja que aturde, al día que no termina porque las torturadoras realidades espantan hasta el sueño.
Renuncio a los amores imposibles, al terror que ocasionan los días en que no te acompaña más que el abrazo de tu propio cuerpo, al desenfoque consciente de las realidad y del momento.
Renuncio a la búsqueda desesperada, a la prisa, a los días en que la agitación y el cansancio son mayor a la satisfacción de un deber cumplido y de que algo haya valido la pena.
Renuncio a la sobriedad llena de perfeccionismo y enfocada en satisfacer deseos superfluos y ajenos a la misión de mi vida.
Renuncio a mis complejos para quedarme con lo simple de mi vida, para vivir desde la libertad y el gozo de cada eterno instante ...
Por hoy y sólo por hoy ... Renuncio ....
muy hermoso e inspirador!
ResponderEliminarGracias Maria! :)
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